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sábado, 29 de junio de 2013

Gustavo Sánchez, paralímpico sin imposibles ni barreras


El entorno es la evocación visual de sus retos: piedra volcánica, agua y decibeles sonoros en su soliloquio; es la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria. Gustavo Sánchez se sumerge, primero, en los recuerdos…
“Aquí empecé a los siete años de edad, al ingresar al programa de Pumitas Natación; hoy día tengo 19, de aquí son mis raíces, y te acuerdas de todo, desde la primera vez que me recibieron -que también fue un día soleado, allá en el chapoteadero-, hasta cada entrenamiento”.
A 12 años de distancia, el multimedallista paralímpico y egresado de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) 5 José Vasconcelos de la UNAM, no olvida la asistencia profesional y afectiva de sus profesores Juan Manuel Díaz Nava y Raúl Porta, que facultaron sus capacidades acuáticas. Más pequeño, los médicos recomendaron a sus padres someterlo a terapias en ese medio, debido a una malformación congénita en ambas piernas y el brazo derecho.
“La estancia en la UNAM me ha servido mucho, porque crecí y maduré más rápido que los demás; convivir con alumnos y maestros de las facultades de Arquitectura e Ingeniería fue una diversidad fantástica, aprendes de todos, día a día”, dijo.
Palpa, saluda con su sonrisa a todo el que se aproxima, se ubica en la orilla de la alberca y su motivador, padre y homónimo, lo asiste; lo despoja de la camiseta de su robusta caja torácica, en donde se hospeda el corazón gigantesco de un tritón, multimedallista paralímpico en Londres 2012, Premio Nacional del Deporte 2012, pero ante todo, joven inquieto.
“Algo que nos caracteriza, un rasgo muy particular del mexicano es que somos guerreros, literalmente guerreros, porque tenemos más aguante que cualquier otra cultura; puedes ver a un ruso, a un checo, son fuertes, pero no tienen ese don de, frente a cualquier adversidad, salir adelante; eso es una característica muy positiva, pero que no hemos sabido aprovechar, que no hemos sabido ver, por el hecho de hacernos pequeños ante otros, si las oportunidades están en el aire”, consideró.
Frente a ello, recomendó ingresar al mundo de la actividad física con metas a corto, mediano y largo plazo. “Les podría decir que se atrevan a soñar, y si ya les gusta algún deporte, que se entreguen, quizá sea un poco tedioso, pero es una herramienta sorprendente, un arma poderosa si la sabes manejar, y si le das el uso adecuado: hagan deporte, porque no hay imposibles, no hay barreras”.

Goya líquida

Gustavo Sánchez ha hecho sincrética la relación entre el agua y la música, su afinidad por lo sonoro se hizo manifiesta desde niño. Con la mirada fija en la capilaridad de su padre, cuenta que se ha convertido en melómano, con la influencia de Queen, los Beatles y los Doors.
“Mi relación con la música y el agua se puede emparentar definitivamente, el beat que lleva cada canción se puede asimilar con cada movimiento en el nado; la música me prende, me tranquiliza, me relaja, me sirve de mucho, aunque dentro de la alberca no pienso en nada más porque escucho la canción antes, para tratar de hacer las cosas con la mayor perfección posible”.
Su gusto por la música electrónica y el hip hop, lo demuestra con los gigantescos audífonos que penden de su cuello; por ello, ya tiene decidido estudiar ingeniería en audio, quizá en una universidad del Reino Unido.
“Pero eso no implica que ya no sea universitario, seguiré representando dignamente a la UNAM, como siempre; de una u otra forma dentro de ella”, acotó.
Por lo pronto, la próxima cita acuática será en agosto, en el Parc Jean Drapeau Complexe Aquatique, de Montreal, Canadá, en el Campeonato Mundial de Natación Paralímpica 2013. Sin imposibles, sin barreras.
UNAM

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