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miércoles, 12 de junio de 2019

Estudiar en línea



Monterrey, ITESM / ciberpasquinero

En un presente donde la educación superior es cada vez más costosa y la deuda estudiantil sigue creciendo, ¿puede la educación en línea salir al rescate?
Aunque una credencial alternativa, como los MOOC, puede parecer una solución, hay muchos factores que se deben considerar antes de decidir que la educación en línea puede reemplazar el aprendizaje tradicional, entre ellos, el dinero que desembolsan tanto los estudiantes como la institución e incluso la calidad de la misma.
Un meta-análisis de la Universidad George Mason examinó más de 100 estudios sobre aprendizaje en línea para descubrir si está a la altura de su promesa.
De acuerdo a este análisis, las clases tradicionales son mejores para niños pequeños, adolescentes y adultos jóvenes que no se han unido a la fuerza laboral debido a que la asistencia regular a clases les permite interactuar con otras personas de su edad, ser más disciplinados, seguir un horario establecido y mejorar sus habilidades sociales.
Además, las clases presenciales desarrollan una mejor relación profesor-alumno, lo que permite al educador evaluar mejor sus fortalezas y debilidades, servir como mentor y ayudar a los alumnos a encontrar posibilidades de carrera.
A su vez, el estudiante tiene la oportunidad de expresar sus dudas y obtener respuestas de inmediato.


Flexibilidad en el proceso
Por otro lado, las clases en línea son más convenientes para las personas interesadas en el aprendizaje permanente porque su formato permite que los alumnos tengan más flexibilidad en el proceso de aprendizaje.
También permite al estudiante elegir entre una gama más amplia de opciones de diferentes carreras o intereses y acumular créditos o certificaciones en lugar de seguir un plan de estudios fijo.
Una desventaja de la educación en línea es que los estudiantes con menor preparación académica y de bajos ingresos suelen tener un desempeño inferior constante en este tipo de cursos y una menor tasa de éxito, señala el meta-análisis.
Estos resultados desalentadores hacen que la educación en línea se perciba como de menor calidad comparada con aquella que se lleva a cabo en un entorno tradicional y en la que se tiene interacción cara a cara.
Sin embargo, es esencial recordar que la tecnología se aprovecha mejor cuando complementa los títulos tradicionales en lugar de reemplazarlos.
Uno de los estigmas de la educación en línea y una de las principales razones por las que los empleadores, estudiantes e incluso los profesores tienen una percepción negativa hacia la educación online, es la falta de interacción entre el profesorado y el estudiante.
Es por eso que es crítico diseñar una mejor experiencia de aprendizaje con comunicación directa y significativa; esto mejorará la calidad de los cursos y desarrollará la satisfacción, el aprendizaje y los resultados de los alumnos.
Está claro que la educación en línea o digital puede ser beneficiosa para aquellas personas que no pueden encontrar el tiempo para inscribirse en una clase tradicional y por lo tanto buscan una opción flexible, asequible y accesible para continuar su formación.
Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar su potencial completo y sobre todo, eliminar el estigma y cambiar la perspectiva de la gente que suele creer que es una opción educativa de menor calidad.

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